PRINCIPIOS BÁSICOS PARA LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI

Es vital buscar algunos principios básicos de la educación que nos ayuden a afrontar, a familiares y docentes,  este mundo incierto e impredecible que nos hace vulnerables.  Estos principios podrían ser:

1.   Educar para afrontar la incertidumbre y la complejidad (Morin 1994). Nadie escapa de la incertidumbre .Por eso no podemos seguir basando la educación en verdades y certezas absolutas. Educar para la incertidumbre significa ayudar a interrogarse en relación con la realidad de cada día, evitando dar nuestras respuestas. Es la pedagogía de la pregunta, como decía Freire. Es educar en la selección, organización y utilización de la información para transformarla en conocimiento y éste en sabiduría. Es el aprendizaje de resolución de problemas. 

2.   Educar para la significación. “En educación no hay nada in-significante”. Significar quiere decir dar sentido a todo lo que hacemos. “El sentido no se imparte a base de órdenes ni de misterio, se construye en una relación solidaria”. Una educación para la significación educa sujetos protagonistas de su vida y de su historia ya que todo lo que hacen significa algo para sus vidas. 

3.   Educar para la expresión. La capacidad expresiva es una conquista. El acto de expresarse implica: exteriorizar, sacar fuera lo que uno tiene adentro, comunicar, hacer público. Sin expresión no hay educación. Tanto la familia como el centro educativo deben ser un espacio de expresión, donde no impere el silencio, donde no se nos secuestre la palabra.  

4.   Educar para convivir y comprender-se. Implica aprender a vivir juntos desarrollando la comprensión de sí y del otro, de la propia cultura y de la de los otros. Educar para convivir y comprender es educar en el factor “C”: cooperación, comunidad, colaboración, coordinación, colectividad, conversación. 

5.   Educar para apropiarse de la historia y de la cultura aquí y ahora. Educar para apropiarse de la historia y de la cultura es entender la educación como construcción de conocimiento. Se educa para la apropiación ofreciendo caminos a: la creatividad, el riesgo, la crítica, la imaginación, la intuición, la cooperación. 

6.   Educar para el respeto, la comprensión y el reconocimiento del otro como alguien igual a mí en quien confiar. Ya es hora de que dejemos de hablar de tolerancia. Sólo se tolera al inferior y al que tenemos algo que “permitir”. Es más importante respetar y comprender al otro como parte de mí e igual a mí, y desde ahí facilitar que sean lo que son.

7.   Educar en el cuidado, en “prestar atención”, en la responsabilidad. Tradición recogida y expresada por  Leonardo Boff, que nos vienen a decir, “El cuidado es lo que permite la revolución de la ternura, al dar prioridad a  lo social sobre lo individual  y al orientar el desarrollo  hacia una mejora de la calidad de vida de los seres humanos. El cuidado hace que surja un  ser humano sensible, solidario, amable y conectado con todo y con todos en el universo. Sin el cuidado el ser humano se volvería inhumano”. El riesgo de los “educadores” hoy, puede ser “presta atención” a casi todo (vivienda, alimentos, vestido, actividades extraescolares, objetos materiales necesarios y superfluos...) y no saber prestar atención y cuidado suficientes. (Atención incondicional a la persona, escucha, acompañamiento, crear raíces…)

8.   Educar para la comunicación, el dialogo, la escucha, la conversación. A través de la palabra pensamos, nos comunicamos, reflexionamos, nos expresamos, opinamos. Aprender a comunicarnos, a escuchar al otro, a conversar, es una competencia cada vez más necesaria, tanto a nivel personal como profesional y empresarial. La conversación genera confianza, efectividad, respeto y bienestar. “Saber hablar es don de muchos. Saber callar es don de pocos. Saber escuchar es generosidad de poquísimos” N. Salvanechi

10.         Educar para la solidaridad.  Implica dejar de mirarnos el ombligo para mirar a los que nos rodean. Tiene que ver con dejar de poner el énfasis en el yo aislado y en la conciencia de que nosotros solos  podemos conocer individualmente, para pasar a considerar que somos capaces  de pensar de manera conjunta.

11.         Educar para la curiosidad, el placer de aprender y gozar de la vida. La curiosidad humana es la base de todos los avances de la humanidad y junto a ella el placer de aprender y el placer de pensar.  Educar para gozar de la vida significa generar entusiasmo; suscitar pasión por aprender y conocer; sentir y hacer sentir; participar entregando lo mejor de sí y recibiendo lo mejor de los otros de manera gratuita.


En definitiva el reto que tenemos los docentes y los familiares es preparar para la vida ,que debe significar ante todo desarrollar la capacidad de vivir cotidianamente en paz con la incertidumbre y la ambigüedad, con una diversidad de puntos de vista y con la inexistencia de verdades infalibles y fiables; debe significar la voluntad de respetar el derecho a ser diferente; debe significar el fortalecimiento de las facultades criticas y autocríticas y el valor necesario para asumir la responsabilidad por las elecciones que se hacen y sus consecuencias; debe significar desarrollar en ellos y ellas la capacidad para CAMBIAR, a pesar de la ansiedad que genera lo desconocido,   ejercitando su libertad, y disfrutando de las alegrías que proporcionan lo nuevo y lo inexplorado” (Bauman, 2001, 159)

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